Lo primero es lo primero: el cannabis es una planta algo delicada (de eso ya hemos hablado en otros artículos de nuestro blog sobre cómo cultivar marihuana y cuándo cortarla para cosechar tus cogollos).
Y eso también afecta al riego.
De hecho, al contrario de lo que quizá pienses, el mayor peligro no es regarla poco, sino demasiado. El exceso de agua favorece la aparición de hongos en la marihuana y puede incluso pudrir sus raíces, matando así la planta.
¿Cómo evitar excederse?
Hay algunos factores que determinarán cada cuánto tendrás que regar tus plantas:
- El tamaño de la planta: al principio, las raíces de la planta son muy pequeñas, así que deberás regar con mucho cuidado para no ahogarla. A medida que crezcan las raíces y la propia planta, la cantidad de agua que necesitan aumentará y tendrás que regar con mayor frecuencia.
- Condiciones medioambientales: a la hora de regar una planta de marihuana en exterior, deberás tener en cuenta factores como la época del año, la temperatura ambiente, etc. Por eso es más fácil saber cómo regar la marihuana en interior, donde tenemos más control sobre condiciones como la humedad, la ventilación o la temperatura.
- La cepa concreta: existen muchísimas cepas de marihuana distintas, y las características de cada cepa determinan también la cantidad de agua que van a necesitar. Si es más grande o más pequeña, más o menos frondosa, etc.
- Fase de crecimiento: al inicio del cultivo, la planta necesita menos agua. Por el contrario, el riego de marihuana en floración debe ser mucho más frecuente.
Pero no te preocupes, porque saber cuándo necesitan tus plantas que vuelvas a regarlas es mucho más simple que todo esto.
Lo único que tienes que hacer es fijarte en el nivel de humedad del sustrato. Para eso, introduce un palito de madera (o tu dedo) unos centímetros en la tierra donde está sembrada la planta.
Si al sacarlo apenas tiene restos de tierra adherida, eso significa que la planta se ha bebido casi toda el agua y que ya es momento de volver a regar.
En cambio, si notas que el sustrato sigue muy húmedo (sobre todo en la parte baja, que es donde se suele acumular el agua), espera uno o dos días más y dales tiempo a las raíces para que terminen de beber.
¡Ojo! Tampoco esperes a que el sustrato esté completamente seco, porque entonces la planta podría acusar la falta de riego.
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