Si bien el ciclo corto de las plantas automáticas y su tamaño compacto son una ventaja, también tienen su lado negativo: obtienes cosechas menos abundantes (entre 80 y 180 gramos por planta).
Y esto se relaciona también con otra desventaja.
Si bien vimos que las autoflorecientes son poco exigentes en cuanto a la iluminación, si quieres obtener más cogollos, deberás darles más horas de luz. Así que una cosecha bien abundante también significa una factura de luz más alta.
Otra desventaja tiene que ver con la forma en que crecen las autoflorecientes.
Se desarrollan muy rápido, y eso resulta muy cómodo... siempre y cuando no cometas ningún error a la hora de podarlas.
A diferencia de las fotoperiódicas, las plantas autoflorecientes no tienen un periodo de descanso (lo que llamamos "periodo vegetativo") entre cosecha y cosecha. Si las podas demasiado o dañas un punto de floración, no dará tiempo a que se regeneren antes de la próxima cosecha y la producción será menor.
De todas formas algunos expertos aconsejan no podar estas plantas y dejarlas crecer libremente.
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