En este método necesitas contar con alcohol etílico (o etanol, el alcohol que viene en el botiquín, de entre 70º y 96º) y con 40 gramos aproximadamente de cogollos CBD molidos.

Una vez tengas estos ingredientes, toca seguir un proceso sencillo compuesto por los siguientes pasos:

1. Descarboxilar el cogollo: esto significa eliminar el poco THC que pueda contener la materia vegetal. Lo que tienes que hacer es moler bien el cogollo (puedes usar el mortero de cocina) hasta que tenga una consistencia muy fina. Después, coloca el cogollo molido en una bandeja y precalienta el horno a 110º. A los 5 minutos, coloca la bandeja en el horno y déjala al menos 1 hora.
2. Extracción del CBD: saca la bandeja y déjala enfriar unos minutos. A continuación, echa los cogollos molidos en un bol y vierte alcohol hasta que queden completamente sumergidos. Remueve el contenido durante 5 - 10 minutos (mejor si es con una cuchara de madera, o similar). Con este proceso, el alcohol extraerá de los cogollos el CBD, junto a todas sus propiedades beneficiosas.
3. Filtrado: separa el extracto de alcohol (ahora rico en CBD) de los restos del cogollo molido. Para ello, lo mejor es usar un colador fino, como el que se utiliza para colar infusiones. Si te fijas, ahora el alcohol tiene un color verde oscuro, esto es bueno, ya que significa que ha extraído toda la materia deseada del cogollo.
4. Evaporación del alcohol: llega la parte más complicada del proceso (aunque nada del otro mundo) en la que debes evaporar el alcohol de la mezcla. Para ello, hierve la mezcla al "baño maría". Es decir, llena una olla con agua y ponla a fuego lento. Luego, coloca encima un bol con la mezcla sin que este toque el fondo de la olla. Ves removiendo durante 15 - 20 minutos, hasta que la mezcla se vuelva viscosa. Después, déjala enfriar.

Y ya lo tienes. Una vez enfriada la mezcla, tendrás aceite de CBD casero que podrás utilizar cuando quieras.