El grinder parece una herramienta muy, pero que muy sencillita (¡y lo es!).
De hecho, los modelos más básicos son solo dos piezas huecas con unas púas que deshacen el cogollo de marihuana.
Pero incluso así puedes encontrar decenas de modelos distintos, dependiendo de:
- El tamaño: las medidas más comunes son de 30 mm, 42 mm, 50 mm, 55 mm y 62 mm.
- La forma que tenga: cilíndricos, esféricos, cuadrados, tarjetas moledoras, camuflados. Estos últimos son grinders que imitan a otros objetos cotidianos para pasar desapercibidos, como el famoso “reloj grinder”. ;)
- El material: también puedes encontrar grinders de plástico, de madera, metal o aluminio. Los de metal son los más resistentes y los que duran más tiempo, aunque son considerablemente más pesados que los demás.
- El mecanismo: los más comunes son los manuales (más abajo te explicamos cómo funcionan). También tienes grinders a manivela parecidos a los moledores de café, o incluso grinders eléctricos.
- La cantidad de partes que lo compone: de dos partes, tres o cuatro.
Esta última división es, probablemente, una de las más importantes.
Los grinders de dos partes son los más baratos y tienen un solo compartimento para triturar el cogollo. Eso significa que la hierba no quedará tan fina como si la trituraras con un grinder de más piezas.
El de cuatro partes, de hecho, es llamado también polinizador. Este tipo tiene un compartimento más, separado por una especie de malla fina, en el que se acumula el polvillo o kief que se desprende de los cogollos al triturarlos. La ventaja de este tipo de grinder es que con el polvillo que queda puedes hacer tu propio hachís.
¿Y los grinders caseros?
Es cierto que algunas personas optan por fabricar sus propios moledores, usando tapones (o algún objeto similar) al que les ponen clavos o púas.
Sin embargo estos grinders caseros nunca van a triturar un cogollo igual de bien que uno fabricado por un profesional.
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