La razón por la que tanta gente confunde el hachís con la marihuana se debe a que los dos proceden de la misma planta: el cannabis.
Sin embargo, es preciso aclarar que son cosas diferentes ya que proceden de distintas partes de la planta:
- El hachís: se produce con la resina y la savia del cannabis.
- La marihuana: son las hojas y flores secas de la planta.
Así, el hachís se obtiene procesando la resina de esta planta (y no sus hojas o cogollos, como muchos creen).
Y para que este tenga esa forma tan característica, similar a una tableta u onza de chocolate (de ahí que este sea un término con el que se conoce el hachís popularmente), se sigue este proceso:
- Se separa la resina de las hojas y el tallo.
- Luego se filtra a través de un tamiz (un filtro que separa las partes más finas de las gruesas).
- A continuación se tritura hasta formar un polvo resinoso.
- Después se prensa para que se quede pegado debido al propio aceite que desprende.
- Finalmente se moldea en forma de bloque.
Es con esa forma con la que se suele comercializar (aunque tanto su venta como la de la marihuana es ilegal en nuestro país, te lo explicamos con detalle aquí).
Una vez listo, el hachís se puede utilizar de diversas maneras, como por ejemplo en forma de tabaco o con vapeadores, incluso como condimento en pasteles y otras recetas de repostería.
Pero, ¿en qué más se diferencia de la marihuana?
Te lo explicamos a continuación.
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