La planta de marihuana necesita haber alcanzado una cierta edad y nivel de desarrollo para poder florecer, por lo que tardará unos meses en alcanzar la madurez necesaria para producir sus primeros cogollos.
Por regla general, el periodo idóneo para la siembra se sitúa entre inicios de primavera (cuando aumentan las horas de luz y ya no hace tanto frío por las noches) y mediados del verano.
Si siembras la maría después de julio o agosto también germinará, pero al tener menos tiempo para desarrollarse antes del otoño no crecerá tanto y tardará más en florecer y dar cogollos.
Dicho esto, ten en cuenta que el lugar que elijas para el cultivo (en interior o en exterior) será determinante para decidir cuándo sembrar:
- Cuando plantas marihuana en interior: puedes despreocuparte por la época del año, porque la luz que utilizarás será artificial y podrás regularla como quieras. Además, que haga frío o calor tampoco será un problema, porque en interior puedes controlar la temperatura ambiente.
- Cuando plantas marihuana en exterior: aquí sí que debes estar más pendiente de los factores ambientales. Si la plantas en una época en la que las noches aún son frías (por debajo de 10 grados), tu planta no sobrevivirá. El momento idóneo dependerá del clima en el que vivas, pero suele ser entre finales del invierno y principios de la primavera.
Pero lo más importante es que tengas esto claro: tanto si plantas marihuana en interior o exterior, el cannabis necesita humedad y calor para poder crecer y dar buenos cogollos.
Si las plantas pasan frío durante la noche, no reciben suficientes horas de luz o están expuestas a fuertes lluvias y vientos, no van a desarrollarse de manera correcta. Incluso corres el riesgo de que acaben muriendo antes de producir un solo cogollo.
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