Como vimos, uno de los factores que más favorece la aparición de hongos es la humedad.
Por eso es muy importante que tengas muchísimo cuidado con el riego. Si te excedes con el agua o si la maceta no drena bien, corres el riesgo de encharcar la tierra. Y eso es como invitar a los hongos a instalarse en ella.
Para facilitar el drenaje algunas personas usan una base de arcilla en el fondo de la maceta, que ayuda a filtrar el agua sobrante.
Eso sí, ten en cuenta que también hay que controlar la humedad ambiental.
En el caso de que cultives en interior lo tienes más fácil. Basta con ventilar la habitación y renovar el aire de manera constante. También es útil contar con deshumidificadores que controlen que la humedad no sea superior al 50%, sobre todo durante la fase de floración.
Si cultivas en exterior, lógicamente las condiciones de humedad dependerán de la zona en la que vivas y poco podrás hacer para controlarlas.
Pero sí que puedes escoger con cuidado las variedades de cannabis que siembras. Por ejemplo, si vives en una zona con otoños lluviosos, evita las variedades que tengan una floración tardía (en este artículo te damos algunas claves más sobre cuándo plantar marihuana).
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